April is the cruellest month
Hierve abril en aquel parque destilando un viento suave que alambica el azahar nuevo convirtiéndolo en veneno: intoxica de sentidos los registros del olvido y arrebata de su sueño la memoria insoportable.
Hierve abril en aquel parque destilando un viento suave que alambica el azahar nuevo convirtiéndolo en veneno: intoxica de sentidos los registros del olvido y arrebata de su sueño la memoria insoportable.
Me acostumbré sin preguntas, me entrené sin treguas, perfeccioné mi blindaje, bruñí mi escudo. Y en vez de abandonar de una vez este campo de batalla interminable y tantas veces arrasado, vuelvo a ajustarme el casco machacado por los golpes, recompongo la coraza mutilada, sigo arrastrando mi armadura intolerable, mientras empujo cuesta arriba una roca …
Por si te vuelvo a ver al paso, he plantado mi casa en un cruce y he colgado mi razón de la ventana. Las aves más locas se burlan de mí y se acercan a reirse hasta mi cara, que no aparta la mirada del abismo, si te incluye.
Podrás verlas pincharse con usos de acero, o rondando a quien venda venenos de olvido: cualquiera de esos intentos de bosque que llamamos parques, en cualquier ciudad, hospeda antiguas bellezas que duermen en bancos, al sueño del cuento por fin entregadas.
Que andando como voy, por las calles sin ver más allá de tu ausencia, el velo espeso de este silencio que lo congela todo a mi paso, me lo arranca a la espalda, tu voz de repente abrigando mi nombre.
No existe nada detrás, a mi espalda: yo ordeno la vida, la alumbran mis ojos. Yo soy el responsable de todo cuanto sucede, yo el que lo desencadena, El Solo, aunque esté rodeado. Debo ir cargado del peso del mundo, sobrecogido por todo el dolor. Yo soy el voluntario a mártir, yo el Atlas aplastado, el …
La solución más práctica es separarse de la cabeza cuando convenga, no sea que acuda, la memoriosa, a apagar con recuerdos la llama nueva encendida de lo que está por ver. Para que no congelen los ojos abiertos la imagen ardiente de los demás sentidos, y no diga la boca aunque quiera, no hable de …
Mis Desastres lo son de una forma poco evidente, nada espectacular, cotidiana, a veces imperceptibles a primera vista, disfrazados, algunos incluso, de acontecimiento feliz. Al contrario que Goya, yo he podido elegir contener mis ganas de pintar la sangre y el dolor de otros: hoy ya lo hace bastante la televisión. Tragedias habituales aunque algunas no parezca que …