¡Vengan más parques temáticos y más bienales (ahora una nueva en Sevilla) donde enchufar los millones que mantienen hambrientos al resto de los humanos! El influyente H. Szeemann será el encargado de organizar la nueva, y para entonces llevaremos ya 50 años asistiendo al florecimiento de los intermediarios (entre los productores y el público) culturales profesionalizados, una nueva clase tan descaradamente reciente como poderosa.
Szeemann es otra de esas nuevas “estrellas” de la coyuntura del descontrol de criterios (para valorar lo que entendemos por arte), o del criterio subjetivo gestionando presupuestos; otro “artista” decorador de salas oficiales con el trabajo ajeno (en las entrevistas, expone su “poética” personal y las artísticas pulsiones que le llevan a seleccionar a tal o cual individuo en sus bohemios viajes subvencionados por el mundo mundial en busca -dice- del arte rompedor); otro de los que confunden el objeto de su estudio con la literatura en torno a él, otro argumento para incorporar asignaturas ridículas en las Facs de BBAA (como “Diseño y montaje expositivo”); otro asesor de compras para políticos y banqueros, otra excusa para poner títulos “sensibles” a exposiciones absurdas con su correspondiente catálogo -eso si-, otra señora literata y sensible -hoy galerista poderosa- que nos dirá a los incultos, sin mancharse ni una uña, lo que es arte verdadero.
En otros tiempos que quizá nunca existieron, alumnos de Juan de Mairena lo hubieran corrido en Sevilla a gorrazos…